16 de octubre de 2011

¿Cómo juzgar al kirchnerismo? Continuación del diálogo con Yuyo Rudnik Por Horacio González

Querido Yuyo

                        Hace tiempo recibí tu carta, parte ya de una larga conversación, que si bien no sucede al margen de los incesantes acontecimientos políticos que se producen en el país, tiene una relativa autonomía de las coyunturas. Veo en primer lugar que hay un problema en cuanto al juicio sobre el kirchnerismo, llamándolo sin más “modelo”. Porque a pesar de que la palabra modelo parece señalar un conjunto establecido de contenidos, estilos y lenguajes, en verdad estamos ante una situación muy abierta y novedosa. Hay, sí, algunos esbozos permanentes, por un lado intentos de crear un orden consolidado y por otro, incesantes acontecimientos sin guión previo que pueden ser dispersivos pero mantienen una gran potencialidad democrática. Necesidad y contingencia, las dos dimensiones del ser político. No es fácil decir entonces a que nos referimos con la expresión “modelo”. Obedece más a la lógica de disputa del poder, que a un cuadro fijo de acciones articuladas y prefiguradas con capacidad de amoldar hechos futuros, aunque sí de darles un nuevo marco polémico. Hablaría mejor de algo parecido a lo que el historiador Shumway popularizó con el nombre de “ficciones orientadoras”. El gobierno las tiene y están en discusión: en los últimos tiempos, hay que buscarlas en las propuestas de industrialización y en las alianzas entre la esfera científico técnica y la autonomía productiva.